botones

15 de junio de 2011

La Quiaca, Radio PaChAcUtI y una larga estadía...

Si es difícil la tarea de querer contar dos meses y medio de nuestras vidas en la rutina, aun mas difícil se nos hace en viaje… cuando uno vive conociendo cosas nuevas, gente, lugares, etc… Pero lo intentaremos… en esta primera parte contaremos algunas pinceladas de nuestros días en La Quiaca y de los amigos que tenemos ahora allí…luego contaremos las andanzas de la radio Pachacuti. 


Cambia toda cambia…
Para nosotros La Quiaca era un lugar de pasada obligada. Por eso, cuando en noviembre en La Plata, en la asamblea de AMARC 10, habíamos conocido a Javier (mucho más conocido como “Tierra”), le dijimos que sí o sí íbamos a pasar a conocer la radio de donde él era, Radio Pachacuti. Pero cuando lo cruzamos en San Salvador de Jujuy, en la casa de la Corriente del Pueblo, el panorama no era el mejor. Radio Pachacuti, la radio de la Corriente en La Quiaca, desde hacía un tiempo no estaba saliendo al aire… tenía problemas con la tensión, ruido en la señal y mucho no se estaban poniendo las pilas, además como si fuese poco cuando lo vimos a Tierra le preguntamos con entusiasmo si se acordaba de nosotros y con la sinceridad que lo caracteriza nos dijo “no, la verdad que no” y siguió durmiendo la siesta.

Por eso pensamos: bueno, vamos, pasamos unos días a conocer y cruzamos a Bolivia… Pero el viaje nos enseña día a día…dos de las cosas que fuimos aprendiendo: la primera, que los planes que hacemos a las 08.00 a las 08.01 ya cambiaron… y la segunda, que la mejor forma de aprender es conociendo, sacándose los prejuicios, los preconceptos. Como nos dijo Rama, de Radio Minka en Jujuy, los lugares donde uno piensa que no pasa nada, que no hay mucho por hacer, muchas veces son los lugares donde uno más puede participar, aportar…y no se equivocó...


La llegada
Cuando llegamos a La Quiaca, a eso de las 05:00 am, en el camión (cansados por no domir, por ser seis en la cabina y por el miedo a que el camionero, que había trabajado todo el día, se durmiera) nos pasaron a buscar Kela y Elio (para nosotros después serían: kelacia y el loco) quienes nos llevaron a descansar a su pieza, donde también estaba Maxi, otro amigo viajero.
Ellos partieron temprano a la reunión que tenían cada martes y nos dejaron durmiendo. A media mañana nos fuimos con Maxi para el galpón recuperado por la Corriente (galpón que otrora pertenecía a los ferrocarriles…como en casi toda la Argentina, profundas las cicatrices que dejó el neoliberalismo y sus cierres de estaciones). Una vez que terminó la reunión, nos reencontramos con Kelacia, el loco y Tierra que nos dicen entre risas “bueno, este será su camarote”, señalando un cuarto de madera, que técnicamente había sido parte de la radio, o sea el estudio.  En el galpón de chapa, había de todo, desde un comedor para chicos (que como era enero estaba de receso de verano), paquetes de comida, fierros, cubiertas, maderas, una especie de rompecabezas dadaístas de cosas. Había un poco de todo, pero faltaba un detalle…el baño, que estaba a medio hacer. Así fue que conocimos todos los baños públicos y no tan públicos que existen en La Quiaca…durante el primer mes rotamos entre el del camping, la YPF, el hotel municipal, etc.
Así y todo…ese cuarto de madera fue nuestro cálido hogar durante los dos meses y medio que siguieron, con los colchones en el piso e improvisando sogas para colgar la ropa y bancos que emulaban roperos y repisas.

Lugar sagrado
A los dos ó tres días de llegar, Tierra nos organizó una visita a la Laguna Colorada, un lugar sagrado dentro del viejo camino del Inca que une Argentina con Perú.
No por nada  los Incas habían elegido ese lugar como sagrado, entre cerros que cubren los costados, como una especie de cerco que cubre la “Laguna Colorada” (nombre que se le da por el color rojizo de su agua).



Laguna colorada, cerca de Yavi
 


jeroglíficos en la piedra
 
Las vicuñas que andan por los alrededores parecen ser parte de una lógica diferente, donde el tiempo no pasa y siguen como siempre por allí. Algunos flamencos pasan volando o paran en la laguna para resaltar la expresión del cuadro.
Los cerros contienen secretos en silencio y algunos a voces vivas como sus jeroglíficos, los cuales nos hacen ver la finitud de nuestras vidas en la historia de la humanidad. Junto a Tierra le hicimos una ofrenda en silencio a la pacha para agradecerle, fue un momento muy especial… y luego otra vez a la camioneta de Mario rumbo a Yavi (pueblo cercano, pequeño en tamaño y grande en hermosura), donde preparamos unos choripanes, con ensalada y vinito… y nos tiramos una siesta al sol con la música del río de fondo.

Haciendo los chori en Yavi

A challar la camioneta
En esos días, el Mo.Ca.Ju (Movimiento Campesino de Jujuy), que integra parte del espacio de la Corriente del Pueblo, logró comprar una camioneta para poder moverse en toda la provincia..y como la tradición manda, había que challarla…como se challa la casa, el negocio o lo que sea para que traiga buen augurio.
Para nosotros, en nuestra ignorancia de otras culturas, era la primera vez que escuchábamos la palabra, pero nos entusiasmó saber de qué se trataba…
Así que fuimos pa “arriba”, donde la Corriente estaba construyendo las viviendas, para realizar la ceremonia.


Antes pasamos a comprar insumos por otro barrio, que tenía una particularidad, una de sus calles de llamaba “LEÓN GIECO”,  no solo por su capacidad musical, sino porque él allí armó un comedor, que lo visita todos los años.

Una vez con los materiales necesarios (papel picado, serpentinas, cervezas, gaseosas, cigarrillos, y alcohol) seguimos camino.
La idea de la challa es agradecerle a la Pachamama, con todas estas cosas, brindando y convidándole a ella y después a la camioneta.




Después de la challa...
  




En plena challa...
  
El fulbito de los viernes
A raíz de un campeonato de fútbol mixto que organizó la Corriente del Pueblo para su aniversario, jugamos un partidito…y como quedaron ganas de más, empezamos a organizar partidos para los viernes a la noche. Al principio nos faltaba el aire, ya que La Quiaca está muy alto, pero  de a poco nos acostumbramos… después ya era un clásico, y a veces, si éramos pocos, hacíamos un 21 al basket.

Como en casa
Como dijimos, en esos 2 meses y medio, estuvimos como en casa, pero no solo porque teníamos llaves del galpón, la libertad de hacer lo que quisiéramos y manejarnos los horarios, sino porque siempre estábamos acompañados. Cuando no hacíamos algo en lo de Kela, como alguna comida o jugar al T.E.G.; hacíamos algo en el galpón, algún asadito, un guiso, o nuestra especialidad: FIDEOS CON VERDURAS… y así pasábamos sobre todo los fines de semana, en un lado o el otro, compartiendo alguna comida y alguna película, con la compañía también, casi siempre, de los chicos, seba, lito, lucas, andy y el chino; otras veces eran empanadas o cruzar el puente para ir a comer a Villa (Villazón, Bolivia)… pero siempre en familia.


Un día de tormenta...vista desde el galpón

Con toda la trup comiendo en Villazón...
 Presentación en sociedad
Al tercer día de estar allí, Tierra, nos dijo “voy a llamar a algunos medios para que los entrevisten” y nosotros pensamos “no sabemos bien para qué, pero dale”. Al rato teníamos al móvil del canal 6 en la puerta del galpón, con cámara y micrófono buscándonos. Un rato más tarde apareció Darío de Radio Nacional La Quiaca, quien también nos hizo una nota. Nos sorprendió que todos esos medios, a pesar de ser uno comercial y otro público, tuvieran muy buena onda con la Pachacuti, nos alegró mucho cuando Darío decía al aire de Radio Nacional “que bueno que Radio Pachacuti está de nuevo”.



Con canal 6
 



Con Darío de Radio Nacional - La Quiaca
 
Más tarde, nuestro improvisado relacionista público Tierra nos llevó a una entrevista con el intendente Ernesto Suárez, quien nos atendió bastante rápido, y si bien no sabía mucho lo queríamos, la ocasión invitaba, se nos ocurrió pedirle un lugar donde estar y alguna conexión a Internet. Nos ofreció que nos armen una habitación improvisada en el CEAR (centro de alto rendimiento), lugar donde juega Libertad y donde alguna vez entrenó la selección de Pasarella.
Así que nos armaron una habitación con colchón doble en el vestuario de visitantes y  nos autorizaron a utilizar Internet del hotel municipal. Lo de dormir en el CEAR, se complicó porque de día había que guardar las mochilas en otro lado y de noche el sereno dormía cuando llegábamos, pero como en ese momento en el galpón no teníamos baño, nos vino bien, pero solo estuvimos 3 días porque extrañábamos al querido galpón, así que nos volvimos.

Carnaval toda la vida
Como lo mencionamos en esa nota que hicimos sobre en carnaval a la quiaqueña (ver nota), acá sí se festeja a lo grande y por casi tres semanas…



Así que por esos días anduvimos de comparsa en comparsa... Una de las veces fuimos con Tierra y otra amiga, María con su hija a La Quiaca Vieja donde había un festival. Caminamos un largo rato por las vías del tren, en desuso desde que ya nunca volvió a pasar. En el festival nos encontramos con varios conocidos de Tierra, que a esa altura también lo eran nuestro.


Camino a La Quiaca Vieja, por donde alguna vez pasó el tren...
 Tocaba  “Oso” con el grande de su hijo, que con tan solo 5 años tocaba la batería como un músico de trayectoria, ellos son el “Dúo Huku Malku”. Además de la música en el festival había cordero, ensaladas, papa, tamales, humitas, asado, empanadas para todos los gustos, gaseosa con vino toro, espuma, baile y todo lo demás.

Con María, Tierra y Lu en el festival de La Quiaca Vieja
Y lo mejor, que era bien autóctono, regional, que si no vas con gente de ahí ni te enterás.
En el norte de nuestro país, sí se siente el carnaval, siempre estábamos en algún lugar con alguna invitación informal en la calle, además ya éramos del paisaje rutinario, lugar donde estábamos siempre había alguien conocido que nos invitaba algo de tomar o nos “obligaba” a tomar un vasito (porque allí la tradición es tradición) y nos brindaba compañía. Ya nos decían quiaqueños…


El martes de challa en casa de Tierra, quien aprovechó que éramos visita para la tradicional entalcada de cara..


Pero otro día nos vengamos...


Libertad libertad libertad...
Otra de las taaaantas anécdotas que al repasar esos momentos se nos viene a la cabeza, fue la de un domingo. Ese domingo nos invitaron a ir a la cancha de fútbol porque jugaba unos de los dos clubes de La Quiaca,“LIBERTAD”, de camiseta negra y roja. Pasó Tierra por el galpón a buscar los bombos y nos dijo “vengan que nos vamos a la cancha ”¿y qué otro plan mejor teníamos?
Al llegar, en la puerta la muchachada estaba media caliente porque solo les dejaban pasar 20 de la hinchada, así que entre puteadas y empujes Tierra logró entrar mientras nos hacía seña de que pasemos con él, cosa bastante complicada en ese tumulto de gente enojada. Así que decidimos no entrar, porque las caras que nos miraban no eran de mucha amistad. Igual por las dudas fuimos a la boletería para averiguar, las entradas para cada uno valía $ 25, por lo que muy lindo pero gracias y nos dimos la vuelta. Pero antes de volvernos para el galpón, se nos ocurrió ir a la otra puerta la de prensa, saludamos y dijimos “hola, somos del proyecto radio mochila y…”sin decir más nos dicen pasen, es que a esa altura nos conocían todos, no solo porque estábamos en Pachacuti, sino por la “rueda de prensa” que había armado Tierra.
Así fue que terminamos dentro de la cancha a pasos del arcó viendo cómo perdía Libertad, con un hombre menos…a la salida nos reencontramos con nuestros amigos, tristes por la derrota pero riéndose de que habíamos estado viendo el partido del otro lado de la reja.

Como dijimos fueron muchísimas las cosas vividas en La Quiaca, estos son solo algunos de los momentos, y aún no contamos todo lo que hicimos junto a la radio, que para no cansar lo contaremos en unos días…


Si es difícil la tarea de querer contar dos meses y medio de nuestras vidas en la rutina, aun mas difícil se nos hace en viaje… cuando uno vive conociendo cosas nuevas, gente, lugares, etc… Pero lo intentaremos… en esta primera parte contaremos algunas pinceladas de nuestros días en La Quiaca y de los amigos que tenemos ahora allí…luego contaremos las andanzas de la radio Pachacuti.

1 comentario:

  1. Chicos!! Ya son celebridades en el Norte, jejeje.

    Excelente el relato, como siempre, y genial que pusieron las fotos en grande ;)

    Sigan contando!

    Beso,
    Saludos

    ResponderEliminar