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27 de diciembre de 2012

Los dos años...

Dos años de sentimientos encontrados. De amor, de rabia, de alegría, de bronca, de solidaridad, de indignación, de rebeldía, de injusticia, de llantos, de risas.

Dos años de caminar por un camino nuevo para nosotros, pero conocido para los lugareños.

Diferentes miradas a un mismo lugar, de eso se trata. Si una palabra podría reflejar estos dos años, sería: COMPARTIR.

Compartir el pan, la arepa, la tortilla, unos frijolitos, un mate, un café, un fresquito. Las palabras, las historias, las sonrisas cómplices, las lágrimas injustas. Los micrófonos, las casas, las radios. Compartir las igualdades y reconocernos en las diferencias. Compartir la sensación de querer gritar: ¡Basta!... y las ganas de dar vuelta al mundo, ponerlo patas para arriba, sacudirlo y que empecemos de nuevo. Que una nueva sociedad nazca. Donde el valor de la vida de un ser humano esté por encima de cualquier ambición. Donde nunca más se mate a nadie a cambio de un ron.



Algo profundo cambió en nosotros. Hay miradas, historias - hermosas y otras muy tristes- a las que quedaremos anclados para siempre.

Un día veíamos a la distancia, por la tele, la desesperación de un joven compatriota, gritando enardecido por su imposibilidad de comprar moneda de otro país para poder irse como todos los años a Punta del Este. Al otro día, con amigos ticos y ticas recorríamos una comunidad en frontera entre Costa Rica y Nicaragua, donde los dueños de las bananeras parecen no saber que la esclavitud se abolió hace muchos años. Sus bolsillos se llenan al son de la angustia y el maltrato que ejercen sobre sus “trabajadores”. Inevitable escucharlos y que la cara de ese joven desesperado por sus vacaciones en el “miami sureño” se nos viniera a la cabeza... y pensamos ¿que los diferencia a unos y otros? La suerte. La suerte de uno de haber nacido en cuna de oro y otros ni siquiera en cuna. Y la malasuerte. La malasuerte del primero de haber nacido en una burbuja y criado con una mentalidad avara, egoísta, individualista, arrogante, mientras que los otros viven sin siquiera agua potable pero con una dignidad, un sentimiento de solidaridad, una entereza que tiene el mayor de nuestros respetos y admiraciones.

Imposible volver a ser los mismos. Ni mejores, ni peores. Diferentes.
Muchos amigos han quedado marcados para siempre en nuestro caminar. Muchos han sido nuestras familias en estos dos años. ¿Cómo podremos devolver tanta hermandad?

Justamente, 180 años después de la muerte del gran patriota latinoamericano, Simón Bolivar, salimos. Un 17 de diciembre de 2010. Con más incertidumbres que certezas. Con más ganas que recursos. Con un corazón urbano oxidado que se fue recomponiendo con la tierra del camino.

Hoy, después de dos años, han quedado atrás muchos kilómetros, muchas fronteras, no solo físicas. Hoy, nos sentimos más latinoamericanos que nunca y felices de haber nacido en este pedazo de tierra.

América Latina sigue siendo una gran caja inagotable, llena de colores, sabores, músicas, rebeldías, amores, luchas, muertes, traiciones, enfermedades, odios, dolores profundos. Injusticias, muchas. Pero por sobre todo una gran sonrisa de brazos abiertos.

Damos gracias de poder caminar nuestra tierra y conocer a tantas mujeres y hombres que ponen en juego su vida entera para defender sus derechos, y sobre todo los de otros y otras. Ni por el vil metal, ni por nada material. Por los derechos de todos y todas. Y damos gracias incalculable a ellos y ellas, quienes nos ayudaron en este camino y nos reafirmaron que una de las cosas más preciadas y valiosas que uno puede vivir es el compañerismo, la amistad, el trabajo comunitario...

Estos días volvimos a toparnos con esas palabras que otro gran latinoamericano le dejó un día a sus hijos. Ese es nuestro deseo para todos y todas en la nueva era que acaba de comenzar y que supimos gracias a los saberes de nuestros ancestros indígenas:

“(...) Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo...”

Nunca dejemos de sentir y actuemos en consecuencia.

2 comentarios:

  1. gracias chicos por COMPARTIR semejante mensaje. hermoso. ojala llegue a todos los que merezcan recibirlo. un beso y mucha suerte.

    rocio

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  2. Abrazo grande y muchas felicidades. Que siga la magia en el camino.

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